Acabada ya la temporada fuerte de producción de la huerta hay que ir preparando la huerta y la tierra para el duro invierno.
El invierno acostumbra a ser templado, pero muy lluvioso y hay que impedir que la tierra se sature de humedad y pierda con ello parte de sus nutrientes.
¿Lo mejor? Tener la tierra cultivada, las raíces de las plantas retienen nutrientes y según el tipo de cultivo, abonan la tierra. Es lo que se denominan abonos verdes.
Nuestra huerta ha adquirido ya un tamaño considerable, con lo que tener cultivada toda sería casi imposible, así que iré cultivando algunas zonas con especies de otoño-invierno.
Lo que no falta nunca en mi huerta es una lechuga, estas valen para todo el año, a ver si crecen más que las que planté en agosto que con el sol ya en el ocaso, no conseguí que les diera ni un cuarto de hora de sol, estas están plantadas en mejor zona.
Después de numerosas adhesiones a mi idea inicial, me he decantado por plantar habas, no son muy de mi gusto, pero a todos los que se lo he comentado, me han dado su visto bueno, así que si no me animo yo, seguro que alguno se las come. Incluso me han comentado cómo degustarlas ..., probaremos ...
La superficie sembrada es la que aparece en la zona inferior de la foto cubierta con palos, esto es para evitar que algún can tenga la tentación de escarbar la tierra y sacar las semillas.
En diez días los brotes verdes ya asomaban.
Y en quince días ya empieza a salir algunas hojas.
En diciembre, plantaré otra tanda, para no tener todas las habas de golpe.
Decir también, que una vez agotada la recolección, las propias plantas, como buenas leguminosas, me servirán para abonar la tierra aportando nitrógeno al terreno.
Hasta pronto, espero. ;-)
